Vuelvo a caer en la trampa de los amaneceres que se pintan sobre su piel. De los besos, los recuerdos, las charlas al amanecer. Prometí no volver a hacerlo nunca. Juré más de una vez no volver a caer. Y aquí me tienes, rompiendo promesas inútiles, queriendo de nuevo, tal vez, solo tal vez, mejor que la última vez. Venga, sabes perfectamente que tú también lo has hecho. Te prometes no volver a caer y lo cumples por un tiempo. Pero entonces aparece 'él' y todo se derrumba. Vuelves a sonreír como una idiota, a perder la cabeza.

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