Levántate por la mañana, abre la ventana y piensa en todo lo que puedes
hacer ese día. Un nuevo día despierta cargado de oportunidades y puertas
que esperan ser abiertas. Por un día olvídate de todos los problemas,
toda la gente, olvídate del mundo, de sus vida y piensa en ti, en ser
feliz. Mírate en el espejo y piensa en todos aquellos estúpidos que
pudieron tenerte y te dejaron marchar. Abre el armario y elige lo mejor
que tengas, no para demostrarle al mundo lo que vales, sino para
sentirte bien contigo misma. Hoy es tu día, el día en el que vas a
comerte el mundo de un bocado y a beberte cada sonrisa de un sorbo. Se
acabaron las dudas, las inseguridades y los escudos, hoy te toca vivir a
ti. Eres como eres, eres lo que eres y solo tienes que tener presentes
tres cosas: de dónde vienes, a dónde vas y con quién quieres hacer el
camino. No dejes que nadie te amargue la vida, porque solo son dos días y
hay que disfrutarlos al máximo, ya que un día estás arriba y al otro
estás abajo. Marca las normas así nunca perderás, es tu juego; camina
pisando fuerte segura de ti misma. Ríe, siente, salta, grita, baila,
canta, sonríe, llora, disfruta...vive.
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