En cuanto por fin estuve sola imprimi una fotografia tuya en blanco y negro, la que te saque ese día que estuvimos juntos. Después en el reverso escribí la fecha de hoy, dibujé un corazón y apunté nuestras iniciales. Doble la fotografía y abrí la ventana, y con el primer soplo de viento tu imagen se fue volando. Y tu te fuiste, otra vez, sin decir adiós.

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